Dolor de Espalda
El dolor de espalda es una de las razones más comunes por las que las personas buscan atención médica o faltan al trabajo. El dolor de espalda es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.
Síntomas
El dolor de espalda puede variar desde un dolor muscular hasta una sensación de ardor o dolor muy agudo o punzante. Además, el dolor de espalda se puede extender hacia la pierna. Agacharse, girarse, levantar peso, estar de pie mucho tiempo puede empeorarlo.
Causas
El dolor de espalda suele aparecer sin una causa que aparezca en un análisis o un estudio por imágenes. Algunas de las afecciones comúnmente relacionadas con el dolor de espalda son las siguientes:
- Distensión muscular o de ligamentos. Levantar reiteradamente objetos pesados o hacer un movimiento brusco repentino puede distender los músculos de la espalda y los ligamentos de la columna vertebral. Puede causar espasmos musculares dolorosos.
- Abultamiento o rotura de disco. Los discos actúan como amortiguadores entre los huesos de la columna vertebral. El material blando que se encuentra dentro del disco puede abultarse o romperse y hacer presión sobre un nervio. La discopatía se suele descubrir en radiografías, tomografía computarizada o en imágenes por resonancia magnética de la columna vertebral que se hayan hecho.
- Artritis. La artrosis puede afectar la región lumbar. En algunos casos, la artritis de la columna vertebral puede derivar en una reducción del espacio que rodea la médula espinal, una afección que se denomina estenosis espinal.
- Osteoporosis. Las vértebras de la columna vertebral pueden estar expuestas a fracturas dolorosas si los huesos se vuelven porosos y frágiles.
- Espondilitis anquilosante, que también se conoce como espondiloartritis axial. Esta enfermedad inflamatoria puede provocar que algunos de los huesos de la columna vertebral se fusionen. Esto hace que la columna vertebral sea menos flexible.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede tener dolor de espalda, incluso los niños y los adolescentes. Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de tener dolor de espalda:
- La edad. El dolor de espalda es más común a medida que envejeces, a partir de los 30 o 40 años.
- Falta de ejercicio. Los músculos débiles y no utilizados de la espalda y el abdomen pueden causar dolor de espalda.
- Sobrepeso. El exceso de peso corporal representa una sobrecarga para la espalda.
- Enfermedades. Algunos tipos de artritis y cáncer pueden contribuir al dolor de espalda.
- Levantar objetos de forma inadecuada. Puedes tener dolor de espalda si usas la espalda en lugar de las piernas.
Prevención
Mejorar el estado físico, así como aprender y practicar cómo utilizar el cuerpo puede ayudar a prevenir el dolor de espalda. Para mantener tu espalda fuerte y saludable, puedes probar lo siguiente:
- Haz ejercicio. Las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni sacuden la espalda, pueden aumentar la resistencia y la fuerza de la espalda, así como permitir que los músculos funcionen mejor. Caminar y nadar son buenas opciones. Habla con tu proveedor de atención médica sobre las actividades que puedes probar.
- Desarrolla fuerza y flexibilidad muscular. Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a acondicionar estos músculos para que sostengan bien la espalda.
- Mantén un peso saludable. El sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda.
Evita los movimientos de rotación o distensión sobre la espalda. Para utilizar correctamente el cuerpo, haz lo siguiente:
- Mantén una buena posición al estar de pie. No te encorves. Conserva una posición pélvica neutra. Cuando estés de pie durante mucho tiempo, coloca un pie sobre un reposapiés bajo para descargar ligeramente la tensión de la zona lumbar. Alterna los pies. Una buena postura puede reducir la tensión sobre los músculos de la espalda.
- Siéntate bien. Elige un asiento que ofrezca buen apoyo para la zona lumbar o parte baja de la espalda, tenga apoyabrazos y una base giratoria. Para conservar la curvatura normal, coloca un almohadón o un soporte lumbar en la silla. Mantén las rodillas al nivel de la cadera. Cambia de posición con frecuencia, como mínimo cada media hora.
- Levanta peso correctamente. En la medida de lo posible, evita levantar cargas pesadas. Si debes hacerlo, hazlo de tal modo que la fuerza la ejerzan las piernas. Mantén la espalda recta, no encorvada, y flexiona solo las rodillas. Coloca el objeto cerca del cuerpo. Si el objeto es pesado (mayor a 25 kg) o te resulta incómodo levantarlo, busca a alguien que te ayude.
“Consulta a tu médico”
Fuente: mayoclinic